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"El Negocio de las Notas: La Ibagué Músical como Industria" - “Entre Facturas y Partituras”
Desde la época colonial, Ibagué fue bautizada como la “Capital Musical de Colombia”, en gran parte, debido a las sonatas de música de cuerda que evidenciò y escuchó El Conde de Gabriac en cada esquina de la Villa de San Bonifacio de las Lanzas (1886), nombre que ostentaba la ciudad en aquel entonces. En el libro “Ibagué imaginada” (Lopera Molano, Ángela María, Santana Sáenz Carlos Mauricio, Molano Lugo Nydia , Hernández Cifuentes Tatiana, Martínez Aroca Yorladys) se menciona lo siguiente al respecto: “Este mismo pueblito tranquilo fue el que recorrió el conde de Gabriac, cuando en 1886, denominó a Ibagué como la ciudad musical. En sus casas las familias entonaban canciones con tiple, guitarra y dulzaina. Así la ciudad parecía desprender un aire musical que se esparcía con el viento y llegaba a oídos de conocidos y extranjeros”.
¿Ahora cómo pago la luz?
Ibagué cuenta con una importante escena musical vibrante, pero la melodía no solo se considera una forma de expresión artística, sino también una fuente de actividad comercial. Desde la producción hasta la distribución y el consumo, la industria musical en Ibagué ha intentado adaptarse a las demandas del mercado local y global de la actualidad.
En los últimos años, Ibagué ha consolidado su reputación como una ciudad vibrante en términos de música y cultura. Sin embargo, a pesar de su rica tradición musical y la proliferación de festivales, la ciudad se enfrenta a desafíos significativos en la organización y el desarrollo económico en torno a su industria musical. Aunque se ha demostrado un interés creciente en la creación de un circuito artístico y musical sólido, la falta de una colaboración integral entre actores culturales, liderazgos políticos y gremiales ha limitado el potencial económico y el impacto positivo en la región.
Hacer música en una ciudad musical ¿un negocio rentable?
Una de las principales deficiencias identificadas se encuentra en la carencia de un enfoque integral para impulsar la industria musical. A pesar de la existencia de más de 30 festivales anuales, la falta de una organización eficaz que involucre a todos los actores culturales ha impedido la articulación efectiva de sectores clave como la hotelería, la restauración y el comercio local en torno a estos eventos. La ausencia de una identidad unificada en los planes de desarrollo y la falta de una interacción coherente entre entidades relevantes, como Acodres y Cotelco, ha limitado aún más el crecimiento económico sostenible.
La insuficiente asignación de recursos financieros por parte de entidades gubernamentales, como el Ministerio de Cultura, también ha afectado la promoción y difusión de los artistas locales, lo que a su vez ha repercutido en la visibilidad y reconocimiento de la oferta cultural de la región tanto a nivel nacional como internacional. La falta de apoyo en la promoción y divulgación de la música local ha contribuido a la percepción generalizada de que "en Ibagué no pasa nada".